Me acabo de enterar que los zurdos tenemos un día internacional. Y es hoy.
Y es que nadie se acuerda de nosotros. Vivir en un mundo para diestros no es facil cuando todo te lo plantean del revés, aunque al final a golpe de esfuerzo y porque no queda otro remedio te acabes acostumbrando a muchas cosas. Aún así se siguen echando cosas de menos: unas tijeras, un abrelatas, LOS PUPITRES DE CLASE PARA ZURDOS, (que los hay, pero siempre son escasos) aunque los que me conocen ya saben que al final acabo usando dos de esas sillas, en una me siento y en la de mi izquierda escribo, y resulta más cómodo que usar solo una, porque con lo pequeñas que son, se acaba cayendo todo porque no tienes sitio para nada, asi que al final acabo siendo afortunada...
Pero la cuestión es que cerca de un 10% de la población mundial estamos discriminados de la sociedad, y eso sin contar a los zurdos contrariados, que en la época del blanco y negro eran obligados a utilizar su mano derecha a través de métodos poco ortodoxos, desde atarles la mano a la silla o a la espalda a golpes con la regla de madera o simple y llanamente algunas palizas.
Y es que nadie se acuerda de nosotros. Vivir en un mundo para diestros no es facil cuando todo te lo plantean del revés, aunque al final a golpe de esfuerzo y porque no queda otro remedio te acabes acostumbrando a muchas cosas. Aún así se siguen echando cosas de menos: unas tijeras, un abrelatas, LOS PUPITRES DE CLASE PARA ZURDOS, (que los hay, pero siempre son escasos) aunque los que me conocen ya saben que al final acabo usando dos de esas sillas, en una me siento y en la de mi izquierda escribo, y resulta más cómodo que usar solo una, porque con lo pequeñas que son, se acaba cayendo todo porque no tienes sitio para nada, asi que al final acabo siendo afortunada...
Pero la cuestión es que cerca de un 10% de la población mundial estamos discriminados de la sociedad, y eso sin contar a los zurdos contrariados, que en la época del blanco y negro eran obligados a utilizar su mano derecha a través de métodos poco ortodoxos, desde atarles la mano a la silla o a la espalda a golpes con la regla de madera o simple y llanamente algunas palizas.