
Este año las Navidades han sido un poco raras. Pero no por ello peores, bueno, si obviamos la inoportuna lesión de tobillo que tuvo lugar la noche previa de la vuelta a casa a Galicia para las fiestas y que me ha tenido hasta hace 5 días con muletas (no es que ya no las necesito, es que al volver a Madrid, he tenido que dejarlas en Pontevedra porque eran prestadas, lo cual me ha obligado a andar estos días entre la pata coja y el cojeo continuo), aunque poco a poco vamos mejorando. Raras también porque si normalmente ya somos pocos en estas fiestas (mis padres, mi hermano y yo) este año hemos sido menos. Mi madre esta de viaje por latitudes sud-ecuatoriales visitando a mis abuelos, así que la Nochebuena ha sido entre 3 y el fin de año entre 2, porque mi hermano estaba ya de vuelta en Madrid trabajando. Sin embargo, y a pesar de todo, han sido unas fiestas bastante buenas por muchas cosas.