
Bien, como decía, la repentina muerte de mi portátil retrasó mucho mi consumo seriéfilo. Todo el verano sin ordenador (cada vez que lo recuerdo sufro), hasta finales de Noviembre, lo que hizo que mi comienzo de temporada también se retrasara.
No he conseguido ponerme al día durante el curso, ya se sabe, aquellos maravillosos años de estudiante donde consumía horas y horas sin fin de series, con noches hasta las 6 de la madrugada y despertares a las 3 de la tarde se acabaron, ahora soy un ser humano decente, que se levanta a las 6:30 de la mañana y se acuesta a las 12 de la noche, vamos, que ya pertenezco a la gran masa, soy un borrego más.
Pero tarde o temprano tenía que llegar, así que he decidido ponerme al día en la medida de lo posible disfrutando de las temporadas completas de mis series favoritas del tirón, y la primera en caer en mis manos (o mejor dicho en mis retinas) ha sido Fringe, con su segunda temporada.